Me acabo de despertar con la sensación de haber tenido uno de los sueños más complejos de mi vida. Ahora veréis porqué.
Resulta que estábamos viendo la televisión un buen amigo del que no recuerdo ni la cara ni el nombre y yo. En un momento dado, al zapear o así, vemos a un boxeador brazos en alto tras la victoria y con el segundo apellido de Pinochet grabado en su pecho, a modo de homenaje: “UGARTE”.
Mi compañero de sueño comienza a reir. Lo miro y le pregunto: “¿qué pasa, de qué te ríes?, a mí me hace poca gracia que alguien realice homenajes públicos a una mala bestia, a un hijo de puta como ese Pinochet”.
Pero mi amigo no deja de reir y no entiendo el motivo. Cuando ya estoy en darme por vencido, a punto de despertarme -de hecho me despierto a continuación- caigo en la cuenta de que el boxeador no se ha escrito UGARTE sino “URGATE”.