O como la llaman los cazadores “la patirroja“, es probable que sea la pieza de caza por excelencia y motivo por el cual se han hecho auténticas barrabasadas en pos de su supuesta protección (estoy hablando de cepos, venenos, lazos, etc…, dedicados a los competidores naturales del cazador dominguero).

Perdiz y su perdigónPerdiz y su perdigón

Como el resto de las gallinaceas, las perdices construyen sus nidos en el suelo, apenas una pequeña depresión excavada en el suelo y “decorada” con los materiales que el ave puede encontrar estando tumbada en el nido: alguna rama y alguna piedra. En el este nido pueden llegar a incubar hasta 12-14 huevos de los cuales naceran otros tantos polluelos nidífugos, es decir: son capaces de andar (y comer) y escapar del nido casi desde el mismo momento de su nacimiento. En estas especies, con tantos ojos interesandos en echarle el guante, cada segundo cuenta.

En la fotografía una hembra acompañada de uno de sus dos únicos perdigones de unos pocos dias de vida (puede que hubiera alguno más, 3 ó 4 a lo sumo), una familia muy esquilmada, sobretodo si la comparamos con la del vídeo, en la que estudiando el vídeo con tranquilidad se pueden contar hasta 11 polluelos (que ya volaban).
Ambos, la fotografía y el vídeo, están realizados en los últimos 7 dias.